Cómo superar las oficinas de prensa y no decaer en el intento


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En mi regreso a la reportería de calle me he estrellado irremediablemente con un gran muro, que además de antipático resulta infame. Y digo irremediablemente porque he podido comprobar de primera mano para qué sirven ahora las oficinas de prensa, o mejor, para qué no sirven. 

Estas dependencias, a las cuales los más aventajados se atreven a llamar bureau de comunicaciones, son las encargadas de establecer el contacto entre los periodistas que necesitan las declaraciones de las fuentes, y estas últimas, que los periodistas les publiquen lo que piensan, opinan o informan. 

Eso quiere decir que, de alguna manera, es una relación gana-gana. Yo doy para que tu me des. Las oficinas de prensa provienen de aquella función de antaño a la que nos acostumbró el gobierno de los Estados Unidos, que mantiene un gabinete de prensa dedicado exclusivamente a atender a los medios de comunicación, y la figura del vocero, que actúa en nombre de lo que piensa, opina o no, por interpuesta persona, el presidente del país norteamericano.

Al mismo tiempo cobraron vida las relaciones públicas corporativas como ese lazo entre compañías y púbico, especialmente en el ámbito privado, para “mejorar” la imagen, acercarse a las comunidades y ganar adeptos, hasta que se cruzó la palabra “marca” y allí se degeneró todo. Siempre he sostenido que, lamentablemente, esa mezcla entre el mercadeo y la comunicación no es factible desde el deber ser de cada disciplina, pero nuestros empresarios no lo han entendido, como si de echar en un mismo saco peras y manzanas se tratara. 

Lejos estamos por estas latitudes, tan calientes como la misma información que se genera de manera frenética en Colombia, de tener unas oficinas de prensa dignas con respecto a las funciones que les corresponde. Tristemente este tipo de dependencias, oficiales y privadas, se han convertido en el escampadero de muchos colegas que hoy esperan su jubilación en medio de una oficina con aire acondicionado, en la pasarela de muchos niñas bonitas que solo aspiran a “manejarle” el celular al “doptor”,  en el escondite de otros que pasaron de defender airadamente a su jefes políticos a ejercer a la sombra su labor mientras vuelven y caen en otra campaña, y hay algunas en donde se instalan jefes o directores que se convierten en francotiradores que disparan en contra de sus propias organizaciones. 

Las oficinas de prensa no son para ello. Los programas académicos que forman a los futuros comunicadores o relacionistas públicos estamos en mora de propiciar un sano debate alrededor del tema. ¿Para qué sirven entonces las oficinas de prensa? 

No puede seguir pasando que a estos lugares aterricen todos aquellos que buscan solucionar sus problemas de estómago y terminan vendiendo su conciencia al gobernante de turno. No puede ser que las mujeres crean que hacer relaciones con la prensa es ponerse una minifalda, teñirse el pelo y desfilar por todas partes para levantar admiradores. Resulta inconcebible que allí trabajen jóvenes que no se paran de sus sillas para resolver alguna necesidad de su colega periodista y dicen a todo que no. 

No señores, para eso no sirven las oficinas de prensa. Empresarios, políticos, gobernantes, corporaciones, organizaciones e instituciones, del carácter que sean, deben entender, primero, que los que saben de comunicar son los comunicadores, no ellos mismos. Así que los colegas que arriban a esas posiciones de dirigir relaciones con la prensa deben pensar en estrategias, proponerlas y llevarlas a cabo, y no en cargarle el maletín a los doctores. 

Segundo, deben preservar el mandamiento de ser damas o caballeros antes que otra cosa. Tercero, trabajar al servicio de otro no tiene por qué significar que entrego hasta mi conciencia. Cuarto, sean profesionales hasta en el más mínimo detalle, y en ello va desde la forma de vestir pasando por saber escribir, al menos, una carta, hasta saber pararse frente a un micrófono para hablar. 

Pero nunca, que quede bien claro, nunca digan que no. Aprendan a resolver las necesidades de información que tiene el periodista, atiéndanlo, pásenle al teléfono, convenzan a sus jefes de la importancia que significa saber atender a la prensa en el momento oportuno, no le colaboren haciéndoles creer que son importantes, sean disciplinados, organicen sus prioridades de agenda. Sepan reaccionar ante una crisis, no se escondan, obliguen a su compañía a poner la cara. 

Ahora, cada vez que tomo el teléfono para acudir a una oficina de estas, me persigno para que quien me conteste del otro lado, sepa responder a mi necesidad, y si no lo hace, rezo para que no haya sido alumno mío. Que vergüenza… 

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  1. #1 por Carlos Eduardo Rueda Vivas el enero 24, 2014 - 7:34 pm

    Muy bueno…las oficinas de prensa de los doptores son a imagen y semejanza de los doptores…

  2. #2 por Juan Carlos Ordóñez el enero 24, 2014 - 8:00 pm

    Interesante. Comparto la mayoría de tus opiniones. Sin embargo, he podido detectar también un par de aspectos; primero, en la mayoría de los casos, las oficinas de prensa son el reflejo de las empresas donde se inscriben y segundo, en las organizaciones aun no es muy claro qué hace o debe hacer un jefe de comunicaciones. Un abrazo y no creas, yo también me persigno y a veces hasta me cohibo de contactar a estos personajes, personajillos. Un

  3. #3 por Charlie Mantilla (@CharlieLeFou) el febrero 2, 2014 - 9:13 pm

    Una vez leído el artículo evoco algunas situaciones de mi corta experiencia laboral, que he alternado con mis estudios y me parece que es válido traerlas a colación en este foro. Hace dos años decidí darle un nuevo rumbo a mi carrera universitaria y aproveché una oportunidad que el Programa «Soy Autónomo» ofreció a los alumnos de Comunicación social. El reto que acepté en ese momento fue el de colaborar con la reportería y producción de notas periodísticas de interés social del magacín.

    Sé que en el camino elegí ser comunicador social organizacional, pero antes de tomar este énfasis deseaba ser integral en mi profesión y ponerme la camiseta del periodista que, en un primer lugar, se sienta a diseñar el bosquejo de su nota, formular preguntas, seleccionar fuentes, hacer llamadas, caminar bajo el sol para captar imágenes, hacer sondeos con los transeúntes del Centro de Bucaramanga y conversar con el camarógrafo quien fue mi aliado en todas las notas que realicé.

    Durante ese tiempo, no tuve la ayuda de ningún jefe de prensa que enviara a mi e-mail notas de prensa que arrojaran luces de donde podía encontrar temas y fuentes para llevar a la redacción, así que hasta ese momento, la figura del jefe que ejecuta labores desde una oficina de prensa era aún desconocida para mi.

    La última nota que realicé fue sobre los taurinos vs. antitaurinos, inmediatamente dejé de asistir a la redacción de Soy Autónomo porque me convertí en el otro actor en el proceso de comunicación que se efectúa en las relaciones de prensa: inicié a trabajar en la oficina de prensa y comunicaciones del Festival de Cine de Santander. Como podrán suponer inicié con muchas expectativas esa labor, me estaba sintiendo productivo; sin embargo, conforme pasaban los días me llenaba de dudas. Muchas de los aspectos citados en este post se convirtieron en los demonios que tuve que vencer en mi primer trabajo. ¿Cómo vencer esa unión lacerante entre los intereses de marketing y de comunicación? ¿Cómo logramos que nuestro trabajo venza la mera redacción de boletines de prensa y publicaciones en redes sociales? ¿Qué hay que hacer para lograr un compromiso real de parte de los jefes en nuestro trabajo? Sin duda, debemos formar caracter y defender que nuestra preparación ética y profesional logra dar el valor que la empresa a la que estamos vinculados necesita.

    He logrado estar parado en las dos fronteras y sé que aún me falta mucho para dejar en alto el papel del comunicador social en la oficina de prensa, pero la idea está en la pasión y en la creatividad que debemos ofrecer para que la fe en nosotros crezca.

  4. #4 por peterluis el febrero 3, 2014 - 10:59 am

    Buen apunte. Las intenciones de un comunicador social son las de informar y saber comunicar en las organizaciones, pero qué pasa cuándo ese comunicador se enfrenta al interés capitalista que manejan algunas organizaciones. No es culpa del comunicador no hacer su labor con profesionalismo y con ética; es la pobre mentalidad y la concepción que tienen los empresarios de la comunicación.

  5. #5 por Karen Torrado el febrero 4, 2014 - 11:04 am

    John F. Kennedy, declaró que “el flujo de ideas, la capacidad de tomar decisiones bien
    informadas, la opción de criticar, es decir, todos los supuestos en los que se basa
    la democracia política, dependen en gran parte de las comunicaciones”.Pero en donde quedo «el flujo de ideas» en las muchachitas que creen que ponerse la minifalda y el escote consiguen relaciones con la prensa seria mejor llamarla flujo de ideas materializadas en cuerpos hechos por la cirugía estética y caritas bonitas sin un gramo de inteligencia critica. Los ciudadanos necesitamos información objetiva y creíble para poder tomar decisiones informadas y emitir juicios independientes . Por eso debe quedar claro que trabajar para otro no significa venderle el alma al diablo y que los que sabemos de comunicación somos los comunicadores y no los asesores de imagen a políticos corruptos.

  6. #6 por ↘Silvia Peña (@SilviaJup) el febrero 4, 2014 - 1:15 pm

    Uno de los problemas actuales en los departamentos de comunicaciones es el mal manejo en la relación organización-empresa, como es evidente en su artículo. Ante esto, los comunicadores deben o deberían estar formados para establecer un contacto directo y recíproco con su público, en este caso los periodistas y así garantizar no sólo la aparición de la organización en notas periodísticas en los medios, si no el mantenimiento de una imagen solida y asertiva en los públicos externos. En fin, creo que es menester discutir el papel que se está llevando a cabo en el interior de estos departamentos y evaluar la gestión de las comunicaciones, tanto con los empresarios (los cuales no tienen mucho conocimiento en este campo) y con los periodistas locales, para que de esta forma se hable el mismo idioma y se comprenda de igual manera. Dejo a consideración esta frase de Lee para ponerla en práctica en las organizaciones: «La comprensión y la aceptación de una empresa consiste en informar al público».

  7. #7 por Cynthia Laverde el febrero 6, 2014 - 12:29 am

    Lamentablemente el objeto de las oficinas de prensa en nuestro país ha sido prostituido. No se sabe en qué momento ni quién o quienes han sido sus precursores. Lo que sí es claro es que las oficinas de prensa emanan o despiden cierto ambiente de «Lobbying» que usualmente aplica sólo para instancias gubernamentales, el cual gira en torno a la conveniencia y a sostener el puesto, para no quedar fuera de la «rosca». Con esto quiero decir que infortunadamente las oficinas de prensa como medio de interrelación que son, han sucumbido en su misión al manejarse como un tema más de política que de acción social. Parece que el objetivo oculto de las oficinas de prensa en lugar de comunicar de manera concertada, lo que hacen es evitar que la información llegue al público. O más bien crear trabas y trabajar negligentemente para así confundir y no hacer nunca nada, sólo modelar y cargar el maletín al «doptor». Se requiere cambiar la imagen de estas oficinas parasitarias primero que todo evitando al máximo el parecido con la realidad política de este país. El objeto debe cumplirse, la misión llevarse a cabo. Simplifiquemos y evitemos tanta etiqueta, llevemos la información verazmente y eficazmente.

  8. #8 por Rossi Luz Basto Hernández el febrero 6, 2014 - 11:14 am

    El problema que ocurre con los comunicadores, es que se nos tiende a olvidar que ante todo somos comunicadores sociales y que nuestro trabajo es servir a la comunidad, realizando un buen trabajo de comunicación sin vender lo que somos, nuestros valores y la responsabilidad que tenemos con la sociedad de informar y comunicar.
    No importa si trabajamos para un medio de comunicación o para una organización, siempre debemos tener presente que somos profesionales de la comunicación y no modelos, secretarios, ni mandaderos.

    Es triste ver que a muchos de los comunicadores sociales se nos olvida lo que se aprende en la academia, por ejemplo, hacer una rueda de prensa, ya sea organizarla o asistir a ella.
    En Bucaramanga observamos que que son muy pocas las organizaciones que sabe organizar una buena y correcta rueda de prensa, inclusive se ve que el que la organiza no es la oficina de comunicaciones de la entidad, sino el departamento de mercado y marketing o otras dependencias.
    Los comunicadores sociales periodistas, la mayoría de las veces no llegan a tiempo a las ruedas de prensa, por lo consiguiente esta termina empezando mucho después de la hora programada.

    La relación que existe entre los periodistas y las oficinas de prensa de las organizaciones debe ser abierta, ya que cada uno se beneficia de ella. Estos últimos deben darles todas las herramientas que necesita el periodista para que pueda cumplir con su labor. El beneficio que obtiene la organización es notoriedad.

    Y antes que todo debemos recordar que somos profesionales de la Comunicación Social, respetemos lo que hacemos y no lo pisoteemos.

  9. #9 por William Pallares el febrero 6, 2014 - 6:02 pm

    Encontrarse con artículos de opinión como este, deja claro que andamos por un mal camino y que el fuerte de la carrera esta en decadencia. Pero si nos colocamos a mirar que ha pasado, me atrevería a afirmar que la ética profesional es un valor que no se profundiza en las facultades, al tanto que se ha convertido en un valor que a nadie le interesa, quizás por el hecho de creernos una sociedad “subdesarrollada”, que en el afán de progresar profesionalmente pasamos por encima de nuestros valores.
    La gran pregunta es: somos lo suficientemente profesionales y éticos para no dejarnos comprar?

    Por otro lado, se nota que aquellos que conforman las llamadas bureau de comunicaciones han olvidado cual es la función de un comunicador e ignoran que juegan una de las funciones mas importante en la organización que trabajan, olvidando esto y dejándose manipular por un bono.

    Y tu, si tu, quieres ser uno de estos?

  10. #10 por María Consuelo Serrano Rodríguez el febrero 6, 2014 - 7:44 pm

    Estoy de acuerdo en cuanto a que es una relación recíproca en la que ambas partes salen beneficiadas por el suministro de información que se da. Adicional a eso, pienso que hay que crear un paralelo entre las dos partes de la situación, es decir, hay que tener en cuenta que así como los periodistas necesitan informar y dar a conocer las distintas situaciones en el ámbito social, los directores de prensa, al ser más internos, necesitan manejar un status acorde con el objetivo de la organización para la que trabaja.

    Es por eso, que para que la información que se transmite a los medios sea tan verídica, debe ser previamente consultada y procesada dentro de la organización para que lo que sucede adentro se solucione a sabiendas de todas las personas involucradas y pueda transmitirse con el consentimiento de los mismos.

    Todo lo anteriormente mencionado, claro está, manteniendo los parámetros del respeto necesarios para mantener una relación adecuada y provechosa por parte de los dos puntos de vista.

  11. #11 por William Fernando Pallares A. el febrero 6, 2014 - 8:03 pm

    Encontrarse con artículos de opinión como este deja claro que andamos por mal camino y que el fuerte de la carrera está en decadencia. Pero si nos colocamos a mirar que ha pasado, me atrevería a afirmar que la ética profesional es un valor que no se profundiza en las facultades, al tanto que se ha convertido en un valor que a nadie le interesa, quizás por el hecho de creernos una sociedad “subdesarrollada”, que en el afán de progresar profesionalmente pasamos por encima de nuestros valores. La gran pregunta es: somos lo suficientemente profesionales y éticos para no dejarnos comprar?

    Por otro lado, se nota que aquellos que conforman las llamadas bureau de comunicaciones han olvidado cual es la función de un comunicador e ignoran que juegan una de las funciones más importante en la organización que trabajan, olvidando esto y dejándose manipular por un bono.

    Y tú, si tú, quieres ser uno de estos?

  12. #12 por María F. Rueda el febrero 6, 2014 - 8:42 pm

    Infortunadamente las organizaciones han caído en el equívoco de que los jefes de prensa están en su cargo sólo para emitir información favorable de ella, cosa que resulta más que comprensible, pero han dejado de lado que el asunto va más allá. Que la emisión de información también implica afrontar los momentos de crisis. No para desmentir o camuflarse ante un mal proceder o un eventual error, sino para saber comunicar y explicar aquello que lo justifica.

    Más adelante estaremos es un empresa y evidentemente está como pilar de nuestro ejercicio saber informar aspectos positivos de nuestra organización pero también estaremos allí para salir antes los medios de comunicación de un país o de muchos (si la envergadura del acontecimiento lo amerita) cuando la empresa afronta situaciones de crisis. Y eso es precisamente lo que empresarios no han querido comprender. Comunicación no es solo marketing, no es sólo vender mi empresa a cualquier precio sino que también es hablarle a los medios y a sus públicos con la verdad y argumentos. Pero, muchos de ellos consideran viable el silencio, dejar de existir por un momento, o en el peor de los casos, crear confusión y ocultar información. Y creo que de eso no se trata el asunto.

    Por eso, estoy convencida que en el futuro ejercicio profesional ellos serán nutro primer reto. De nosotros depende demostrar con actitud y capacidades profesionales de qué se trata lo que hacemos y porque llegamos a una organización.

    Creo que también en este sentido también se da esa relación deseable con los periodistas, y esa relación involucra contestarles el teléfono y responder a sus dudas cuando lo necesitan y no sólo acudir a ellos cuando necesitamos aparecer en primera plana.

  13. #13 por Silvia Juliana Pinto el febrero 6, 2014 - 9:57 pm

    Cuando un comunicador social, pierde el foco de su deber, que es informar, está destinado al camino de la mediocridad. Pienso que en muchas organizaciones el cargo de jefe de prensa se a trasformado en el organizador de fiestas espectáculos y demás o el fotógrafo de los carnet empresariales. tareas con las que a fin de cuenta nos encontraremos de alguna manera en el camino laboral, sin embargo, labores que no son el ejemplo perfecto que las funciones de un jefe de prensa dentro de la organización.

    Por otro lado pienso, que la relación del jefe de prensa con los periodistas debe ser bilateral, para que de esta manera el beneficio sea mutuo y se logren, tanto resultados para la organización como para el medio.

  14. #14 por Mayra Rivera el febrero 6, 2014 - 10:53 pm

    Es cierto que en algunos ámbitos se encuentra desencaminadas las oficinas de prensa, porque priman siempre los intereses comerciales y no los comunicacionales. Es vergonzoso que no prime la idea de informar y desarrollar la noticia con la verdad, lastimosamente muchas organizaciones maquilla todos los índices y datos de proyección para así no dar la cara y caer al vacío. Una oficina de prensa debe por lo menos lograr: Diseñar, ejecutar y divulgar planes, programas, mecanismos y acciones de comunicación interna y externa.
    • Planificar la labor de promoción y proyección de la imagen.
    • Coordinar la edición y demás procesos de publicaciones periódicas de la organización.
    • Establecer contacto permanente con los medios de comunicación a nivel informativo y publicitario.
    • Rendir informes periódicos a la Presidencia acerca de las gestiones realizadas.
    • Colaborar con todos los demás departamentos.

  15. #15 por alizarazo el febrero 6, 2014 - 11:14 pm

    En principio debo expresar que la incompetencia de los ‘profesionales en comunicación’ sólo es la punta del iceberg de un problema agudo, profundo y crítico. Para validar mi opinión cito el título del portal web: http://www.razónpública.com »El sistema de educación superior: un elefante con cabeza de ratón», en este escrito se válida mi hipótesis acerca de el verdadero papel que juegan las universidades privadas en Colombia, y más específicamente las supuestas ‘facultades de comunicación social’, que tienen como objetivo final ser el nido de jóvenes que no quieren ver matemáticas durante todo el resto de sus vidas, pero tampoco manejan las competencias básicas del lenguaje castellano. Y, para no generalizar o vender mi percepción como verdad absoluta referencio el caso de Camilo Jiménez, un profesor en la Universidad Javeriana (sede Bogotá) que renunció »porque sus estudiantes no saben escribir» (según el portal web de http://www.eltiempo.com). Este caso junto a otros artículos que he leído con anterioridad, demuestran que »El sistema de educación en Colombia es pobre; atrasado en contenidos, formas y procesos; excluyente; desintegrado; ineficiente; no responde a las necesidades sociales e individuales y desconoce a sus principales actores: maestros, estudiantes y sociedad» según, Henry Javier Herrera Santana. (estudio de la Universidad Nacional de Colombia: Problemas Críticos Colombianos primera parte)

    Todo esto converge en una de las carreras más híbridas en Colombia, la comunicación social con énfasis en las organizaciones, pertenece a las ciencias sociales y subsiste gracias a la antropología, filosofía, psicología y demás ciencias humanistas. Lo que sucede en Colombia con estos profesionales tiene nombre propio: son idealistas y su formación dista de la realidad profesional. Los enseñan a investigar ( algo que debería ser innato), los obligan a leer (algo que debería ser un placer) y por último, no los enseñan a pensar. Por eso es que adoptan su profesión como un secretariado. Digitadores con un título para ganar entre uno o dos salarios mínimos; o mejor dicho para convertirse en el buldog de las multinacionales. Y, siendo un poco coloquial »por la plata baila el mico», porque »ellos no saben para quién trabajan».

    Por lo pronto, concluyo que sólo nos queda el deber de transformar las oficinas de prensa y ‘secretariado’ en una herramienta útil para nuestro aprendizaje profesional, un espacio de apoyo hacia la democracia y una hermandad con nuestros colegas. Superemos los deber ser y seamos.

    Fuentes consultadas:

    http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/educacion/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-10906583.html

    http://www.virtual.unal.edu.co/cursos/economicas/2007072/lecciones/capitulo%203/primera%20parte/cap3_pparte_c1.htm

    http://www.razonpublica.com/index.php/econom-y-sociedad-temas-29/7142-el-sistema-de-educaci%C3%B3n-superior-un-elefante-con-cabeza-de-rat%C3%B3n.html

    http://desdeelexilio.blogspot.com/2006/03/por-favor-no-estudies-comunicacin.html

  16. #16 por alizarazo el febrero 6, 2014 - 11:18 pm

    La opinión fue expresada bajo el enfoque de la comunicación organizacional en Colombia. No pretendo generalizar, la historia me lleva millas de casos exitosos en otros países y continentes.

  17. #17 por Julieth Serrano Mantilla el febrero 7, 2014 - 2:45 am

    La cuestión con las oficinas de prensa es que no se les está llamando por su nombre. Hace tiempo dejaron de ser oficinas de prensa porque, evidentemente, extraviaron su razón de ser. Ahora son oficinas de relaciones públicas muy bien coordinadas por aquellos que sí supieron ponerle un buen precio a su criterio y a su propia mirada.

    Pretender disfrazar tan diplomaticamente el mal ejercicio de nuestra profesión, con falsos ideales de Verdad, es lo que termina quizá, acabándonos como profesionales.

    No es obligación que el mercadeo esté presente en todas las oficinas de trabajo ni en todos los proyectos, sin embargo lo está y su uso tan funcional puede llegar a convertir las causas más respetables y nobles en una lamentable escena teatral; puede llegar a convertir el ejercicio periodístico en algo similar a una telenovela nacional en la que todos quieren ser el protagonista.

    Los profesionales elegiremos siempre qué tan profesionales queremos ser, aquí y en cualquier oficina de prensa del mundo. Las organizaciones,elegirán siempre a quienes mejor encajen con sus propósitos.

  18. #18 por alizarazo4 el febrero 7, 2014 - 7:27 am

    En principio debo expresar que la incompetencia de los ‘profesionales en comunicación’ sólo es la punta del iceberg de un problema agudo, profundo y crítico. Para validar mi opinión cito el título del portal web: http://www.razónpública.com ”El sistema de educación superior: un elefante con cabeza de ratón”, en este escrito se válida mi hipótesis acerca de el verdadero papel que juegan las universidades privadas en Colombia, y más específicamente las supuestas ‘facultades de comunicación social’, que tienen como objetivo final ser el nido de jóvenes que no quieren ver matemáticas durante todo el resto de sus vidas, pero tampoco manejan las competencias básicas del lenguaje castellano. Y, para no generalizar o vender mi percepción como verdad absoluta referencio el caso de Camilo Jiménez, un profesor en la Universidad Javeriana (sede Bogotá) que renunció ”porque sus estudiantes no saben escribir” (según el portal web dehttp://www.eltiempo.com). Este caso junto a otros artículos que he leído con anterioridad, demuestran que ”El sistema de educación en Colombia es pobre; atrasado en contenidos, formas y procesos; excluyente; desintegrado; ineficiente; no responde a las necesidades sociales e individuales y desconoce a sus principales actores: maestros, estudiantes y sociedad” según, Henry Javier Herrera Santana. (estudio de la Universidad Nacional de Colombia: Problemas Críticos Colombianos primera parte)

    Todo esto converge en una de las carreras más híbridas en Colombia, la comunicación social con énfasis en las organizaciones, pertenece a las ciencias sociales y subsiste gracias a la antropología, filosofía, psicología y demás ciencias humanistas. Lo que sucede en Colombia con estos profesionales tiene nombre propio: son idealistas y su formación dista de la realidad profesional. Los enseñan a investigar ( algo que debería ser innato), los obligan a leer (algo que debería ser un placer) y por último, no los enseñan a pensar. Por eso es que adoptan su profesión como un secretariado. Digitadores con un título para ganar entre uno o dos salarios mínimos; o mejor dicho para convertirse en el buldog de las multinacionales. Y, siendo un poco coloquial ”por la plata baila el mico”, porque ”ellos no saben para quién trabajan”.

    Por lo pronto, concluyo que sólo nos queda el deber de transformar las oficinas de prensa y ‘secretariado’ en una herramienta útil para nuestro aprendizaje profesional, un espacio de apoyo hacia la democracia y una hermandad con nuestros colegas. Superemos los deber ser y seamos.

  19. #19 por alizarazo4 el febrero 7, 2014 - 7:29 am

    He intentando comentar desde anoche porque el blog siempre me notifica que »Tu comentario está pendiente de moderación.» no sé que se puede hacer en este caso, es una ¿autocensura?

  20. #20 por andbastidas126 el febrero 13, 2014 - 12:09 am

    Algo tan común, en la actualidad, como es escribir «Oficina de prensa» en un motor de búsqueda y notar que los resultados arrojados son conceptos que le atribuyen distintas organizaciones a esta dependencia, da luces de la distorsionada concepción e incluso función que se le está dando a la misma.

    Las organizaciones han caído en el error de darle distintos significados a esta dependencia por la sencilla razón de que las funciones que son estrictamente periodísticas han sido reemplazadas por las relaciones públicas. ¿A razón de qué? Porque han decidido enmarcar la imagen positiva de una organización a través de los medios, herramientas indispensables para mantener la reputación de la misma, pero a la cual se le da el uso, inadecuado, de mostrar ideales y la cara amable de «x» institución ignorando por completo que su principal objetivo es informar en base a la realidad.

    El rol de periodista también se encuentra en decadencia, las funciones que actualmente realizan no cumplen los principios de verdad y transparencia por la cual se deben fundamentar, sumado a esto no cuentan con la preparación necesaria para redactar cartas, boletines informativos, noticias ni para enfrentarse a un auditorio en el momento que sea necesario.

    Todo esto nos da un panorama desfavorable de los profesionales de la comunicación y del campo de acción como lo es la oficina de prensa que día a día en vez de buscar solución al que hacer informativo va encaminado a perder la credibilidad en el marco social.

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